La idea básica del equipo creado por el Rector del Politécnico de Bari, Eugenio Di Sciascio, era mantener las sucursales de la biblioteca que ya funcionaban dentro de la Universidad e identificar espacios adicionales para componer un único edificio de biblioteca que abarcase todo el Politécnico.
El Museo Bawer proporcionó asientos como sillas de espera y sillas de acero. Como estanterías de estudio se utilizaron mesas de lectura y estaciones multimedia, mientras que en la zona de recepción se instaló un gran mostrador de recepción.
Además, se suministraron armarios metálicos de una y dos caras, estanterías y librerías, así como paneles divisorios e instalaciones de armarios compactables, que se inspiran en un concepto de producto pensado más para las necesidades de bibliotecas y depósitos de libros que para el simple archivo o almacenamiento tradicional.
De hecho, el objetivo era ofrecer un verdadero armario abierto instalado sobre una base móvil.
La construcción de la estantería con paneles laterales completos en lugar de los tradicionales montantes abiertos garantiza un uso más racional del sistema: el material almacenado no puede deslizarse lateralmente de un compartimento a otro.
Para cada carro de doble cara se han previsto dos frentes de estantería independientes y escalonados, y no una sola estantería, lo que limita mucho las posibilidades de carga.
El grosor utilizado es también una garantía máxima de solidez y resistencia, incluso a las cargas más elevadas.
Se ha prestado la máxima atención a la seguridad del equipo: hay un dispositivo antivuelco y un dispositivo antiaplastamiento.
