La UE propone normas de emisiones de CO2 más estrictas para casi todos los vehículos pesados nuevos.
Las emisiones deberán reducirse en un 45% para 2030, en un 65% para 2035 y en un 90% para 2040.
El objetivo a largo plazo es garantizar una mayor difusión de vehículos energéticamente eficientes y mejorar la calidad del aire.